lunes, 14 de enero de 2008
Tomar el té, una real tradición
Inglaterra, como todos sabemos, es un país de grandes tradiciones. Desde una arraigada, y algunos afirman que anquilosada monarquía, hasta la conocida como hora del té, sagrada para algunos estamentos de la sociedad inglesa. Aunque no sólo es Inglaterra la que hace gala de esta tradición, ya que muchos años antes fue adoptada por los países orientales. Japón también cuenta con una milenaria ceremonia que se transmite de generación en generación.
El té es una de las bebidas más antiguas y apreciadas por el hombre. De origen asiático, las leyendas chinas convienen en atribuir el descubrimiento del té como bebida durante el reinado del emperador Shen Yung, aproximadamente en el año 2737 a. C.
En el siglo IV de nuestra era el té empezó a ser una bebida de uso muy extendido tanto en China como en Japón. En el siglo VIII el té se convirtió en bebida real y la nobleza lo adoptó como una de las distracciones elegantes del momento; el poeta Lu Yu (733-804) en la época de la dinastía Tang escribió el primer libro sobre el té: Cha King o Código del Té.
El té ha jugado un papel preponderante en la historia de China. Por ejemplo, durante la dinastía Son (960-1279) servía de tesoro y moneda para todo el imperio. El té llegó por la ruta de las caravanas Mongolia, Persia y Rusia antes de que Europa lo conociera hacia 1610, cuando fue introducido por la compañía de las Indias occidentales en Holanda.
Hasta principios del siglo XIX la China era aún el único país productor de té en todo el mundo. En 1834 el cultivo fue introducido en India y en 1857 en Ceylan (Sri Lanka). Hoy el té se cultiva en una treintena de países en Asia, Oceanía, África y Sudamérica.
Cómo preparar el té perfecto
Sin ser tan estricto como el rito de la ceremonia del té en el Japón, la preparación del té en los países occidentales, sobre todo en el citado caso de Inglaterra, exige la observación de reglas rigurosas:
Calentar la tetera
Esta operación es primordial porque la tetera, estando caliente, recalentará las hojas de té, permitiéndoles liberar todo su perfume durante la infusión.
Poner en la tetera una cucharadita de té por taza y además una por la tetera
Volver a tapar la tetera y dejar reposar así el té durante 3 minutos aproximadamente con el fin de calentarla. Es preferible utilizar un filtro de tela, que, existiendo en varias tallas, se adapta a todas las teteras. Es desaconsejable la utilización de bolas de té o cucharadas de té, estas encierran el té e impiden a las hojas desarrollarse durante la infusión.
Verter el agua a punto de ebullición sobre el té
Nunca el agua debe haber hervido antes de verterla sobre el té. Hoy en día, existen calentadores de agua eléctricos que se paran automáticamente a la temperatura de 95ºC aproximadamente.
Dejar reposar de tres a cinco minutos
Sólo como indicación. El tiempo de infusión, con la condición de no exceder de cinco minutos, (límite en el que el té puede llegar a ser amargo o astringente) también puede dejarse de uno a dos minutos según el gusto del consumidor. Eso resultará apropiado sobre todo por el aficionado al té ligero y aromático.
Remover y servir
Podríamos añadir a esta quinta regla retirar el té de la tetera con el fin de que cada uno pueda repetir sin que el té sea demasiado infusionado.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario