domingo, 20 de abril de 2008

Leda y el cisne



Titulo:Leda y el cisne
Autor:Leonardo da Vinci
Fecha:s.f.
Museo:Colección Particular. Puede que esté también en la Galería Boughse (Roma, Italia)
Características:96,5 x 73,7 cm. (112*86 cm?)
Material:Oleo sobre tabla
Estilo:Renacimiento Italiano

Sabemos, por la enorme cantidad de dibujos previos, que Leonardo proyectaba pintar una Leda con el cisne, y según ciertos testimonios, en el siglo XVII se hallaba en Fontinebleau. Aquí tenemos lo que podría ser una obra de taller sobre el proyecto de Leonardo, o tal vez una copia temprana del supuesto cuadro. En ella podemos ver que la idea del maestro evolucionó desde la Leda arrodillada a la Leda de pie. El cuerpo de la joven carece de la gracia de Leonardo y posee un rotundidad alejada de la belleza sutil del rostro, casi literalmente copiado de los dibujos del maestro.Junto a la joven podemos ver los huevos de los que nacieron los hijos que la ninfa tuvo con Júpiter, bajo el aspecto de un cisne.

Baco



Titulo:San Juan - Baco
Autor:Leonardo da Vinci
Fecha:1513 h.
Museo:Museo Nacional del Louvre (París, Francia)
Características:177 x 115 cm.
Material:Oleo sobre tabla
Estilo:Renacimiento Italiano

Viendo el San Juan del Louvre ya comentamos lo difícil que se hizo de aceptar este cuadro, tan blando y ambiguo. El mismo caso le ocurrió a este San Juan - Baco. El personaje apareció en las colecciones de Francisco I de Francia, último protector de Leonardo, como un San Juan en el desierto. Pero la obra provocaba el rechazo de todos, porque era indecoroso: el joven imberbe posee una belleza deliberadamente femenina, un exceso de desnudez y por si esto fuera poco, el desierto consiste en un paisaje lleno de vegetación y un lago. Todas estas razones llevaron a que en el siglo XVII el santo fuera transformado: se le pintó una corona de pámpanos (símbolo del dios del vino Baco), se le añadió la piel de pantera como vestido y la cruz fue transformada en un tirso...

Retrato de un músico



Titulo: Retrato de un músico.
Autor:Leonardo da Vinci
Fecha:1485 h.
Museo:Pinacoteca Ambrosiana (Milán, Italia)
Características:43 x 31 cm.
Material:Oleo sobre tabla
Estilo:Renacimiento Italiano

Este retrato es el único retrato masculino que se conserva de entre toda la obra de Leonardo da Vinci. Además, se encuentra inacabado, lo que es infrecuente en sus obras al óleo, que al menos solían ser rematadas por discípulos o colaboradores. El personaje ha sido tradicionalmente identificado con el músico y compositor Franchino Gaffurio, al servicio de la corte de los Sforza en Milán, concretamente trabajó para Ludovico el Moro. Vivió de 1451 a 1522 y Leonardo lo retrata en su esplendor juvenil, con una mirada dulcemente melancólica orientada hacia algún objeto a su izquierda. Las finas manos de uñas cuidadas sostienen con delicadeza una partitura, en alusión a su profesión.

sábado, 19 de abril de 2008

Anghiari



Anghiari , una breve introducción

Anghiari es una encantadora y pequeña ciudad medieval, situada en la provincia de Arezzo. La localidad está emplazada en lo alto de una preciosa colina entre los ríos Tíber y Arno, dominando el maravilloso paisaje del valle del Alto Tíber.

Durante la Edad Media, Anghiari estuvo dominada por los Señores de Galbino, pasando sucesivamente a estar bajo el poder de los Calmaldolesi.

Orgullosa de su historia toscana, la ciudad alcanzó su máximo protagonismo con motivo de la Batalla de Anghiari, acaecida el 29 de Junio de 1440. El ejército del gobierno de Milán luchó contra el Estado de Florencia en alianza con el Papa Eugenio IV.
El ejército florentino estaba bajo el mando de Giampaolo Orsini y de Micheletto Attendolo y al frente del de Milán se encontraba Niccolò Piccinino.
La victoria del Estado de Florencia fue decisiva, hasta el punto de permitirle conservar el control del centro de Italia.
Según los escritos de Maquiavelo, la batalla se sostuvo durante cerca de 20 horas y, no obstante, sólo murió un soldado a causa de una caída del caballo. Lo anterior quedó fielmente reflejado en el mural de “La Batalla de Anghiari” que Florencia, para conmemorar la gesta, encargó muchos años después a Leonardo da Vinci.
Leonardo empezó a trabajar sobre cartones que iba trasladando a una pared interior del Palazzo Vecchio de Florencia. Mientras trabajaba en el mural varios célebres artistas llegaban a Florencia para observar el trabajo y aprender la técnica vanguardista de Leonardo.
Pedro Pablo Rubens realizó una copia de “La Batalla de Anguiano”, albergada en el Louvre y Biagio di Antonio, de la escuela de Paolo Uccello, realizó otra, conservada en Dublín, en la National Art Gallery of Ireland.
Sin embargo, el mural quedó inacabado y, durante el proceso de drenaje de Florencia, se perdió por completo. No obstante, el Palazzo Vecchio lo sustituyó por otro mural de Giorgio Vasari sobre el mismo argumento.

Qué visitar en Anguiano:

- La Fortaleza: Una imponente estructura defensiva, acabada en el siglo XIV, y después destruida y reconstruida en diferentes épocas. La fortaleza sigue conservando el antiguo castillo, así como la torre del reloj que data del siglo XVII.
- Palazzo Marzocco: Construido en el siglo XV, fue la residencia de la aristocrática familia Angelieri. Hoy en día alberga “El Centro de Documentación de la Batalla de Anghiari”.
- Palazzo Taglieschi: Un hermoso edificio renacentista con una rica fachada. En su interior se encuentra el Museo Nacional de Arte y Tradición Popular, en el que se conserva una interesante colección de pinturas, frescos, terracotas, estatuas, muebles de carácter religioso e instrumentos de diferentes períodos artísticos. Su obra maestra es la escultura de madera de Jacopo della Quercia de “La Virgen con el Niño”.
- La Iglesia de Santa Maria delle Grazie: Se edificó entre los siglos XVII y XVIII y alberga una bellísima terracota barnizada, obra de la familia Della Robbia, llamada “La Madonna delle Grazie”.

Dónde comer:

- Ristorante “La Nena”: Es un local pequeño y popular, situado en la parte más alta de la ciudad. Goza de mucho prestigio por sus trufas salvajes frescas y por sus setas de bosque.
La cocina es de tradición local y ofrecen una pasta muy bien trabajada a mano, así como carnes a la brasa, platos de caza y unos peculiares timbales caseros de verdura o de caza.

Battaglia di Angliari




Batalla de Anghiari
Autor:Peter Paul Rubens
Fecha:1600-08
Museo:Museo Nacional del Louvre
Características:45,2 x 63,7 cm. Copia de Leonardo da Vinci.
Material:Dibujo
Estilo:Barroco Centroeuropeo

Para ampliar sus conocimientos pictóricos, Otto Vaenius aconsejaba a sus discípulos dirigirse a Italia. Rubens no dudó en seguir la recomendación de su maestro y marchó a Italia en mayo de 1600, permaneciendo allí durante un periodo de ocho años. Recorrió prácticamente toda la península, excepto el sur, pasando largas temporadas en Roma, Florencia y Venecia. En estos viajes realizó dibujos de todo lo que le interesó, copiando las obras de Rafael, Correggio, Tiziano, Miguel Angel, Tintoretto o Leonardo, creando un amplio catálogo de dibujos que posteriormente será utilizado en sus composiciones, por lo que recibió "críticas de algunos competidores suyos que le acusaban de incluir en sus cuadros figuras enteras tomadas de los italianos, a lo que él respondía que se sentía libre de hacerlo si podía sacar provecho en ello, con lo que indicaba que no todos eran capaces de hacer lo mismo" según narra S. van Hoogstraeten en 1678.El fresco de la Batalla de Anghiari de Leonardo decoraba la sala del Consejo del Palazzo Vecchio de la capital toscana, situado frente a la Batalla de Cascina de Miguel Angel. Por desgracia, ambos frescos han desaparecido y sólo se conocen por copias como ésta que contemplamos, admirada por Rubens debido al dinamismo, la tensión y la violencia que se manifiesta en la lucha. Las figuras escorzadas de caballos y jinetes serán utilizadas posteriormente por el flamenco como fuente para algunas composiciones como la Caza de hipopótamos y cocodrilos o el San Jorge y el dragón del Museo del Prado.

Batalla de Anghiari



Titulo: Batalla de Anghiari
Autor:Leonardo da Vinci
Fecha:1550
Museo:Colección Particular
Características: Óleo sobre tabla. 85 * 115 cm. Colección
privada. Munich (Alemania)
Material:Fresco
Estilo:Renacimiento Italiano

Antes de 1550 un pintor anónimo realizó esta copia del óleo original con la Batalla de Anghiari de Leonardo, que pintó en 1505. El óleo original está en una colección privada en Munich (Alemania). El veinticuatro de octubre de 1503 Leonardo, de regreso en Florencia, ingresa como huésped en el monasterio de Santa María Novella, para poderse dedicar en exclusiva al diseño del fresco con la Batalla. El encargo respondía al deseo del gobierno florentino para redecorar la Sala de la Signoría, en el Palazzo Vecchio. Los trabajos comenzaron dos años después, y Leonardo los recuerda de la manera siguiente: "El seis de junio de 1505, viernes, hacia la una comencé la pintura en el palacio. En el momento de dejar el pincel, el tiempo cambió a lo peor, y la campana empezó a tocar, llamando a los hombres al juicio. Y el cartón se perdió. El agua se derramó como un vaso roto. Y súbitamente el tiempo empeoró aún más y una gran lluvia cayó hasta el anochecer. Y estaba tan oscuro como la noche". Esta tétrica ambientación parece rodear de un halo mágico al momento de la creación leonardesca. En efecto, el encargo era de trascendental importancia, y todos los esfuerzos de los miembros del consejo se habían orientado a asegurar que Leonardo concluiría el trabajo. Sin embargo, como podemos ver, no fue así. Leonardo aplicó para la Batalla su peculiar técnica de trabajo al fresco, que tan pésimos resultados dio para la Ultima Cena. El deterioro inmediato de los pigmentos y el abandono del trabajo para ir a trabajar a la corte francesa tal vez motivaron a Leonardo a escribir esas líneas tan lúgubres, como si un mal designio hubiera marcado el fracaso de la obra. La pintura fue cubierta con un parapeto para protegerla, tras el abandono de Leonardo. Se esperaba que él u otro artista se decidieran un día a terminarla. Pero nadie se atrevió a concluir el diseño de Leonardo y en 1557 se remodeló el Salón. El resultado es que Vasari, biógrafo de Leonardo, tapó el fresco inacabado y lo sustituyó por otro propio con la misma Batalla. El tema fue elegido para destacar la independencia de Florencia, en lucha con sus vecinas Venecia y Mantua.

domingo, 13 de abril de 2008

lunes, 7 de abril de 2008

Los tres hermanos

Estos hechos acontecieron hace algunos años en las cercanías de Bétera, un pueblo valenciano en el que antiguamente había un manicomio. En él se encontraban personas enfermas de distintos males psíquicos (trastornos en la personalidad, psicosis, paranoias,...) pero uno de sus pabellones estaba destinado en exclusiva a criminales ya que los jueces en alguno casos habían decidido que era mejor que dichos criminales entrasen en una institución donde podían tratar sus problemas mentales antes que en la cárcel donde seguramente lo único que se conseguiría es agravarlos.
A unos quince kilómetros del psiquiátrico vivían los hermanos García. Eran tres hermanos que se dedicaban al cuidado de unas pequeñas tierras que habían heredado de sus antepasados, los cuales siempre habían vivido por la zona.

Juan, que así se llamaba el menor de los hermanos siempre iba acompañado de su fiel perra Laika, que era un pastor alemán precioso que se habían encontrado perdida por una carretera cercana.

Los tres hermanos compartían una humilde casa de labradores con una sola habitación en la que habían colocado tres literas, un minúsculo aseo y una cocina de leña, típica de las zonas rurales. El poco tiempo libre del que disponían, pues como de todos es sabido a las labores del campo hay que dedicarles muchas horas, lo pasaban en un pequeño comedor en el centro de la vivienda jugando a las cartas o escuchando un viejo transistor que tenían sobre la repisa de la chimenea.

Una tarde de otoño después de haber pasado todo el día en el campo se dispusieron a volver a casa y cocinar unas patatas con un poco de carne que habían comprado hace unos días en el pueblo. Una vez en casa mientras Pedro preparaba la cena para Juan y para Román que era el mayor de los hermanos, escucharon por la radio que Ricardo Ruiz Pérez se había fugado de el psiquiátrico de Bétera y que podía andar por los alrededores.

Ricardo Ruiz era un peligroso psicópata, al cual encerraron por el asesinato y violación de cinco menores. Tardaron varios meses en descubrir los hechos pues él solía descuartizar a sus víctimas y echárselas de comer a una jauría de perros que tenía en una finca de Murcia. Los asesinatos de Ricardo fueron muy seguidos por el pueblo español ya que entre sus víctimas se encontraban tres hermanas de una misma familia y esto conmocionó a la opinión publica.

Los tres hermanos se sintieron angustiados por la noticia ya que ellos como el resto de españoles había seguido los fechorías de Ricardo. Durante la cena el tema de tertulia fue el recuerdo de los asesinatos y la poca seguridad que había en el psiquiátrico, ya que era incomprensible que se hubiese podido escapar un asesino como éste.

Sobre las diez de la noche se prepararon todos para ir a dormir. En la habitación Pedro dormía en la litera superior, Roman en la del centro y Juan en la de abajo. Debajo de la litera de Juan dormía Laika, a la que le encantaba que Juan por las noches antes de dormir le rascase el lomo y ella como muestra de cariño le lamía siempre la mano.

Media hora más tarde estaban ya todos acostados y prácticamente dormidos por el cansancio acumulado del día anterior. Pasaron las horas y de repente algo sobresaltó a Juan, había escuchado como el chirriar de la puerta, se mantuvo expectante durante unos segundos y luego introdujo su mano debajo de la cama para acariciar a su fiel amiga, ésta se lo agradeció como de costumbre, con unos lametones en la mano, esto tranquilizó a Juan ya que si alguien intentase entrar en la casa ella sería la primera en darse cuenta y se volvió a dormir profundamente.

Pasaron las horas y por la ventana del cuarto comenzaban a entrar los primeros rayos de luz a la diminuta estancia. Pero más que la luz del sol lo que despertó a Juan fueron unas pequeñas gotas que caían sobre su rostro. Abrió poco a poco los ojos mientras se llevaba las manos al rostro donde notaba que caían las gotas y noto que tenían un tacto espeso, cuando finalmente abrió los ojos vio que esas gotas procedían del colchón de Román y que ese color rojizo que desprendían sólo podía ser sangre.

Se levantó de un salto de la cama y miró a su hermano Román, se quedó paralizado de terror, estaba amordazado y con una infinidad de cuchilladas en su cuerpo y sobre él también caían gotas de sangre provenientes del colchón superior donde un cuchillo atravesaba el cuello de su hermano Pedro.

Juan, incrédulo ante la barbarie que estaba presenciando, se arrodilló en el suelo llorando y allí pudo encontrar a su querida perra Laika con el morro atado y abierta en canal y entre las patas de esta una nota ensangrentada donde se podía leer "LOS LOCOS TAMBIÉN SABEMOS LAMER".

Juan, aterrado, notificó los hechos a la policía diciendo que Ricardo Ruiz había asesinado a sus hermanos y a su perra, pero la policía no le creyó.

Juan fue acusado del asesinato de sus hermanos en un desdoblamiento de personalidad y encerrado durante veinte años en el psiquiátrico de Bétera, donde pudo averiguar que Ricardo había sido detenido dos horas después de su fuga en una carretera con dirección a Barcelona.

Leyenda de Angel L. Blanco.

Gota a gota

Un saludo a todos los lectores de esta página y muy en especial a Kruela pues gracias a ella podemos leer relatos de todas las partes del mundo y conocer historias realmente fascinantes. Yo os escribo desde España, y mi intención es contaros una de las leyendas urbanas que desde niño mas me llamaron la atención.
Todo comenzó a mediados de los años 60 en las afueras de Valencia en un pueblo llamado La Eliana, este pueblo como tantos otros de la franja mediterránea se dedicaba principalmente a la agricultura y más en especial a los cítricos, era un pueblo pequeño en el que como máximo habría unos quinientos habitantes y todos ellos se concentraban en las pocas calles que rodeaban a la plaza del pueblo, todos salvo la familia González que residían en las afueras del pueblo en una gran mansión que antiguamente pertenecía a los Duques de Flores. Era una casa preciosa, de altos techos e innumerables salones y habitaciones, todos ellos decorados con gran gusto.

La mansión también constaba de unos espaciosos jardines en los que era fácil perderse y todo ello rodeado por un muro por el que solo se podía acceder mediante una gigantesca puerta de acero forjado.

Allí vivía la familia González cuyo cabeza de familia era Joaquín González y se dedicaba por entero a sus negocios empresariales, su esposa era la Sra. Patricia González una distinguida dama de la aristocracia valenciana que además de ser una preciosidad era la madre de cuatro lindas criaturas. Los pequeños de la casa iban desde los cuatro meses que tenia José hasta los cinco años que tenia la mayor Nancy, que era igual de bonita que su madre. Era lo que podríamos resumir como una familia feliz.

La familia González tenia un servicio que estaba compuesto de una niñera, dos cocineras y otras dos mujeres que se dedicaban a la limpieza de la casa y las faenas del hogar, sin contar a los hombres que se encargaban del cuidado del jsrdín y de los pequeños arreglos que pudiese necesitar la casa por el paso del tiempo.

Mantenían una relación muy cordial con sus vecinos del pueblo pues en las fiestas siempre hacían una fuerte aportación de dinero que engrandecía los festejos.

En apariencia todo funcionaba de maravilla, dentro de pocos días llegarían las fiestas de Navidad y la familia estaba realizando todos los preparativos para que fuesen unas Navidades inolvidables.

Pasaron los días y por fin llegó la Navidad; toda la casa se llenó de colorido y en el jardín adornaron el abeto que tenían con giraldas y bolas de colores, los niños estaban encantados, todo eran risas y diversión y muy pronto llegarían los Reyes Magos cargados de regalos para ellos.

Llegó el día de Noche Vieja y los señores González se preparaban para asistir a una fiesta que daban en el pueblo, en la que iría a tocar una orquesta y habría baile hasta bien entrada la noche. Esa noche todo el servicio tenía fiesta menos la niñera ya que ella se tenía que quedar a cargo de los pequeños.

Una vez los señores González se hubieron marchado la joven niñera se dispuso a dar de cenar a lo críos y acostarlos. Los más pequeños no tardaron mucho en dormirse pero la preciosa Nancy y su hermana Sandra le pidieron a la joven que les contara un cuento para poder dormir, esta les contó un par de historias de su invención en las que aparecían príncipes y princesas y las niñas no tardaron en caer rendidas en brazos de Morfeo.

La muchacha ya algo agotada las arropó y con mucho sigilo salió de la habitación cerrando tras de sí la puerta.

Eran prácticamente las diez de la noche y se decidió a ir a comer algo a la cocina, la gran mansión se encontraba en un silencio sepulcral, tanto que a veces le recorría un pequeño escalofrío por el cuerpo.

Después de prepararse una ensalada y un pequeño bocadillo de jamón y queso se dirigió al comedor donde escucharía un poco de música mientras intentaba leer un poco.

Pasaron las horas y la chica se quedó dormida en el sofá. Sobresaltada se despertó, pues estaba sonando de forma incesante el teléfono, -ring, ring...- no paraba de sonar en ese momento ella no sabía exactamente donde se encontraba tardó unos segundos en darse cuenta que estaba en la mansión de los González.

Se levantó rápidamente del sofá y cogió el teléfono que se encontraba sobre una mesilla cerca de la lámpara. Descolgó el auricular pero al otro lado de la línea no se escuchaba a nadie; ella preguntó varias veces "buenas noches casa de los González ¿hay alguien ahí?", pero nadie contestó... transcurrido un tiempo colgó el teléfono y se quedó mirándolo durante unos instantes, luego sin darle más importancia se fue a recoger los platos y el vaso que había dejado junto al sofá para llevarlos a la cocina, una vez allí los metió en la pila y cuando se disponía a limpiarlos volvió a escuchar el timbre del teléfono -ring, ring...- de nuevo salió corriendo hacia el comedor y sofocada cogió el teléfono. Tampoco esta vez se escuchó nada al otro lado, la muchacha algo preocupada preguntaba incesantemente -¿diga, diga?- pero nadie contestaba. Finalmente se volvió a cortar la comunicación.

Sari, que así se llamaba la niñera, pensó que sería un fallo de la central telefónica pues no era raro que durante esas fechas hubiese cortes telefónicos debidos al mal tiempo. No había dado dos pasos cuando de nuevo sonó el teléfono, rápidamente lo volvió a coger y de nuevo preguntó si había alguien... al otro lado de la línea pero nadie contestó, aunque esta vez escuchó algo que las otras veces no había oído, se escuchaba con claridad, tal vez con demasiada claridad, sonaba como un goteo -cloc, cloc...- Sari volvió a preguntar - ¿buenas noches, hay alguien?- pero nadie contestó. La muchacha comenzaba a estar algo preocupada y decidió llamar a la policía del pueblo para comunicarles lo sucedido, descolgó de nuevo el teléfono y cuando se acercó el auricular a la oreja volvió a escuchar -cloc, cloc...-. Atónita soltó el teléfono y retrocedió unos pasos... no entendía qué estaba ocurriendo. Con miedo cogió el auricular y lo colgó se dirigió al salón principal donde había otro teléfono e intentó volver a llamar desde él pero antes de que ella lo descolgase, este sonó con un timbre que ya estaba comenzando a desquiciarla -ring, ring...- Esta vez tardó más en coger el teléfono pues lo que podría sonar al otro lado la intranquilizaba; finalmente lo descolgó y se lo acercó poco a poco a la oreja como sabiendo ya de antemano lo que iba a escuchar -cloc, cloc...- es lo que oyó. Aterrada tiró el auricular al suelo con rabia y le gritó de forma histérica al teléfono -¿quién es?, ¿qué es lo que quiere?- pero el teléfono solo contestaba -cloc, cloc...- De nuevo lo volvió a colgar entre sollozos, pero una vez colgado éste volvió a sonar, la muchacha aterrada ya no se atrevió a descolgarlo y decidió coger a los niños e irse con ellos al pueblo en busca de sus padres y la policía, subió corriendo la escalera que llevaba al cuarto de los más pequeños mientras por toda la casa resonaba -ring, ring...-.

Abrió la habitación de los niños pero ellos no estaban en allí, sin apenas podérselo creer abrió la habitación contigua en donde dormían Nancy y Sandra y ellas tampoco se encontraban en la habitación. El pánico se apoderó de ella y comenzó a gritar enloquecida pidiendo que parase el incesante timbre del teléfono, pero éste no cesaba -ring, ring...-. cogió el teléfono que se encontraba en el pasillo y antes de dejarlo descolgado para dejar de oír su timbre volvió a escuchar el sonido de las gotas que caían -cloc, cloc...-.

Comenzó a correr por toda la casa buscando a los niños, recorriendo cada una de las estancias mientras en su cabeza no paraba es escucharse un tétrico y a la vez incesante goteo -cloc, cloc...-. Una por una recorrió todas las habitaciones sin éxito, los niños no aparecían por ninguna parte, sólo le quedaba mirar en el ala oeste del caserón destinado al personal que trabajaba en la casa, cogió una llave maestra para entrar en los aposentos privados de los trabajadores pero en ellos no encontró nada, entró en el baño del servicio empujando bruscamente la puerta, allí estaban.

Sus ojos desorbitados no podían creerse la escena que tenían delante.

Atónita contempló cómo las cuatro criaturas estaban dentro de la bañera vacía, apilados unos sobre otros, habían sido degollados y metidos allí. La cabeza de la pequeña Nancy sobresalía de la bañera y de su cuello emanaba un hilo de sangre que recorría el borde de la bañera y caía sobre el auricular del teléfono descolgado produciendo un incesante goteo -cloc, cloc...-

Nunca se encontró al culpable y tuvieron que pasar muchos años para que la gente que pasaba cerca del caserón no sufriera un escalofrío al recordar los hechos.

Después de aquello la pobre Sari tuvo que tener ayuda psicológica hasta que a finales de los años setenta terminó con su vida arrojándose desde un octavo piso, dicen que por las noches cuando dormía no dejaba de escuchar las gotas de sangre que caían sobre el teléfono.

Desde entonces la casa esta deshabitada pues la familia González se mudo a la ciudad de Valencia intentando olvidar lo ocurrido y nadie quiso comprarla después de los hechos que en ella acontecieron.

Leyenda de Angel L. Blanco (Valencia) España.

La elusión de una respuesta comprometida

El judío Melquíades, con un cuento sobre tres anillos, elude un peligro que Saladino le aprestaba.

Saladino, cuyo valor fue tal que le elevó de hombre pequeño a soldán de Babilonia, haciendose obtener muchas victorias sobre sarracenos y cristianos, había en diversas guerras y muchísimas magnéficencias , consumido su teroso; y haciéndole falta una buena cantidad de dinero y no viendo de dónde sacarla tan prestamente como la necesitaba, acudiole a la memoria un judío llamado Melquíades, que pretaba con usura en Alejandría. Pero era tan avaro que por voluntad propia nunca habría prestado a Saladino, y este no quería forzarle. Mas, apretandole la necesidad, aplicose por entero a hallar el modo de que el judío le sirviese, y resolvióse a hacerle fuerza, aunque coloreandola de alguna apariencia de razón. Y, habiéndole hecho llamar y recibiéndole familiarmente, mandole sentar y le dijo:

- Hombre de pro, por muchas personas he sabído que eres muy sabio y muy entendedor en las cosas de Dios; y por ello me pacería saber de tí cual de las tres religiones reputas mejor; la sarracena, la judía o la cristiana.

El judío, que era, en efecto, sabio, comprendió bien que Saladino quería atraparle en lo que dijese para buscarle alguna dificultad, y también pensó que, si loaba alguna de las tres religiones más que las otras, Saladino advertiría su intención. Y como necesitaba respuesta en que no pudieran cogerle, aguzó el ingenio y a poco, ocurriendosele lo que dicer debía, manifesto:

- Señor, buena es la pregunta que me habeis hecho, y para deciros lo que siento, me convendrá contaros y haceros oir un cuentecillo. Si no yerro, recuerdo muchas veces haber oído hablar de que un hombre poderoso y rico tenía entre las más preciosas joyas de su tesoro un anillo valioso y bellísimo. Y queriendo honrarlo por su valor y belleza y dejarlo perpetuamente a sus descendientes, ordenó que aquel de sus hijos a quien después de muerto él, se le encortara el anillo, fuese tenido por su heredero y por todos, como mayor, fuera reverenciado y honrado. Aquel a quien el anillo se legó tomó igual medida con sus descendientes, obrando como lo hiciera su predecesor. Y, en resolución, el anillo paso de mano en mano a muchos sucesores, my ultimamente a las de uno que tenía tres hijos virtuosos y buenos y muy obedientes a su padre, por lo que este amaba, a los tres por igual. Y los mancebos, conocedores de la historia del anillo y deseando cada uno ser más honrado entre los suyos, rogaban todos a su padre, que era viejo ya, que cuando mueriese, aquella joya le dejase. El buen hombre, que a todos amaba lo mismo, no sabía a quien elegir para legarsela y, habiendola prometido a todos, quiso satisfacer a los tres. Asi, secretamente encargo a un artifice que hiciera dos anillos tan semejantes al primero que el mismo, que los encargara, apenas sabía distinguir el verdadero. Y, a punto de muerte, y en secreto, dió uno a cada uno de sus hijos. Estos, tras la muerte del padre, quisieron todos adquirir la herencia y el honor y, negandoselos uno al otro, los tres, en testimonio de su derecho, sacaron sus respectivos anillos. Y hallaronlos tan parecidos entre sí, que no se podía conocer cual fuese el verdadero, por lo que la cuestión de cual debía se el verdadero heredero del padre, quedó en suspenso, y aun en suspenso está. Y por eso os digo, señor, que respecto a esta cuestión que me propusisteis sobre las tres leyes dadas a los tres pueblos por Dios, su padre, he de contestaros que cada uno tiene su hencia y su verdadera ley, cuyos mandamientos se cree obligado a cumplir, pero, como en los anillos, aun sigue en suspenso la cuestión.

Saladino comprendió cuan perfectamente había escapado aquel hombre de la trampa que a los pies le había tendido, y resolvió exponerle abietamente su necesidad y ver si quería servirle. Y así lo hizo, explicandole lo que en su ánimo se había propuesto hacer si discretamente no le hubiera su colocutor respondido. El judío ofreció libremente servir a Saladino en lo que este hubiera menester, y Saladino, más adelante, pagole integramente, además de lo cual le colmó de grandísimos dones y siempre por amigo le tuvo.


El Decameron. Giovanni Boccaccio. Día uno, Narración tercera.

El que quería convertir al cristianismo a un judío

El judio Abraham, incitado por Giannotto de Civigni, va a la corte de roma y, al ver la maldad de los clerigos, vuelve a Paris y se hace cristiano.
Hubo en París un gran mercader y hombre bueno, a quien llamaban Giannotto de Civigni y que era leal y recto y traficaba mucho en paños. Tenía singular amistad con un riquísimo judío llamado Abraham, tambien comerciante y también hombre recto y leal. Y viendo Giannotto esa lealtad y rectitud, comenzó a compadecerse de que el alma de hombre tan bueno, sabio y de tal valía fuese a la perdición por falta de fe. Y así, amistosamente, principió a rogarle que, dejando los errores de la fe judaica, viniese a la verdad cristiana, la cual le cabía ver, como santa y buena, prosperar y aumentar siempre, mientras que la de Abraham, como este podía discernir, disminuía; y se anulaba. Respondía el judío que para él ninguna doctrina era santa ni buena fuera de la judeaica, y que en ella había nacido y en ella pensaba vivir y morir, sin que nada le apartase de esto. Pero Giannotto, pasados unos días, replicó a semejantes palabras mostrandole, con razones de mercader, por qué nuestra religión era mejor que la judía. Y aunque el judío era en la ley hebrea gran maestro, no obstante ( o movido por mucha amistad con Giannotto, o porque el Espiritu Santo pone palabras acertadas aun en la lengua del idiota), a Abraham empezaron a complacerle las exhortaciones de Giannotto. Cierto que obstinado en su creencia, se obstinaba en no abjurar. Pero , como él persistiera en su tenacidad, Giannotto no dejaba de insistirle, hasta que el judío, vencido por tantas instancias, le dijo:

- Ea Giannotto, pues a tí te agrada que me haga cristiano, dispuesto estoy a cumplirlo; y tanto, que quiero primero ir a Roma y ver allí al que tú dices es vicario de Dios en la tierra, para considerar sus maneras y costumbres y la de los cardenales, sus hermanos. Y si ellas me parecen tales que yo pueda, entre eso y tus palabras comprender que vuestra fe es mejor que la mía, según te has ingeniado en demostrarme, haré aquello que te dicho. Mas si no fuese así, seguiré judío como hasta ahora.

Oyendo esto Giannotto, sintiose sobremanera apenado y decíase para sí: << He perdido el trabajo que tan óptimamente empleado me parecía, creyendo a este haber convertido; porque si va a la Corte de Roma y ve la vida depravada e impía de los eclesiásticos, no ya no se hará cristiano, siendo judío, sino que si cristiano fuese, judío de seguro se tornaría >>. Y hablando a Abraham le dijo:

-¿ Por qué amigo mio, quieres tomarte tanta fatiga y tan gande gasto como te irrogaría el ir a aquí a Roma ? A más de que, por mar y tierra, todo abunda en peligros para un hombre rico como tú. ¿ No crees encontrar aquí quien te administre el bautismo? Y si alguna duda abrigas sobre la fe que te expongo, ¿dónde hay mayores maestros y hombres más sabios que aquí, todos los cuales podrán esclarecerte cuanto quieras o preguntes? Por todo lo cual me parece que tu marcha es superflua. Piensa que los prelados son allí como los que tú aquí has podido ver, y aun mucho mejores por estar mas cerca del Pastor principal. De tal manera, que te aconsejo que te evites esta fatiga, que puedes otra vez tomarte para alguna indulgencia, en cuyo caso yo quizá te haga compañía.

A lo que repuso:

- Bien creo, Giannotto,que sea como tú dices, pero, hablandotelo todo en una sola palabra, digo que (si quieres que haga lo que tanto me ruegas) estoy dispuesto a irme, y , si no nada haré.

Viendo la voluntad de su amigo, dijo Giannotto:

- Buena ventura lleves.

Y pensó que Abraham nunca se haría cristiano cuando viese la Corte de Roma, pero como él nada perdía en ello, lo dejó.

El judío montó a caballo y tan pronto como pudo se encaminó a la Corte de Roma, donde al llegar, fue recibido con honor por los judíos. Y, mientras estaba allí, sin decir a nadie para lo que había ido, cautelosamente comenzó a observar la conducta del Papa, los cardenales, de los otros prelados, y de todos los cortesanos. Y entre lo que él advirtió, como hombre agudo que era, y lo que otros le contaron, halló, que del mayor al menor todos allí, generalmente, pecaban con gran deshonestidad en cosas de lujuria, y no sólo en la natural, sino en la sodomítica, sin freno alguno de remordimiento o vergüenza, al punto de que sin la mucha influencia de las meretrices y los efebos no se podía conseguir nunca nada. Además de esto, conoció claramente que los que observaba eran universalmente comilones, bebedores, ebrios y más servidores de su vientre, como animales irracionales, y de la lujuria, que ninguna otra cuestión. Y, ahondando más, tan avaros y ansiosos de dinero los vió, que tanto la humana sangre, incluso la cristiana , como las cosas divinas, y a los sacrifícios y benefíos perteneciente, por dinero vendían y compraban, haciendo mayor mercadería y más ganancias teniendo, que cuanto pudiera encontrarse en París con ventas de pañerías u otras cosas. Habían a la sintonía descarada puesto el nombre de procuradoría, y llamaban a la gula sustentamiento, como si Dios, prescindiendo del significado de los vocablos, la intención de los pésimos ánimos no conociese y, a semejanza de los hombres, se dejara engañar por los nombres de las cosas.

Las cuales junto con muchas otras, que conviene callar, desagradaron sumamente al judío, como sobrio y modesto que era; y así, pareciendole haber visto bastante, resolviose a volver a París. Y así lo hizo. Y cuando Giannotto supo que había llegado, fue a él y, aunque lo que menos esperaba era que se hiciese cristiano, hízole, y el otro a él gran fiesta. Y en cuanto Abraham hubo descansado algunos dias, Giannotto le preguntó que le parecía el Santo Padre, y de los cardenales y los demás cortesanos. A lo que el judío respondió prontamente:

-¡ Así Dios los confunda a todos! Y te digo, que si juzgo bien, no me pareció ver allí santidad alguna, ni devoción, ni obra buena, ni ejemplo de vida ni de nada, en nadie que clérigo fuese. Pero la lujuría, la avaricia, la gula y cosas semejantes y peores ( si peores se pueden encontrar en alguien) parecióme hallarlas más por una sede de obras diabólicas que divinas. Y, a lo que estimo, se ve con toda solicitud, ingenio y arte se aplican a vuestro Pastor, y entiendo que todos los demás, a reducir a la nada y a arrojar del mundo la cristiana religión , aun cuando debieran ser fundamento y sustentáculo de ella. Mas, puesto, a lo que se me alcanza , no sucede lo que procuran, sino que continuamente vuestra religión aumenta y más lúcida y clara se torna, con razón me parece discernir entre que el Espiritu Santo es su fundamento y sostén, como más santa y verdadera que otra. Por lo cuál mientras me mantuve rígido y duro a tus exhortaciones y no quise hacerme cristiano, ahora abiertamente te digo que por nada del mundo dejaré de hacerme cristiano. Vamos, pues, a la iglesia y, allí, según debida costumbre de vuestra fe, me haré bautizar.

Giannotto, que esperaba una conclusión totalmente opuesta a aquella, sintióse, cuando así le oyó hablar, más contento que ningún hombre jamás lo fuera. Y fuese con él a Nuestra Señora de París y pidió a los clérigos de ella que diesen a Abraham el bautismo. Ellos, oyendo que así lo quería, apresuráronse a atenderle. Y Giannotto sacóle de la pila, llamándole Juan; y en breve a muchos hombres de valía hízoles este instruir adecuadamente en nuestra fe, que a muy deprisa aprendió; y fue luego hombre bueno y meritorio de santa vida.


EL Decameron.Giovanni Boccaccio. Día uno, narración tercera.

La Fábula de Arión (Mitología griega)

Arión era uno de los más famosos músicos citaristas de su tiempo, y el primer poeta ditiránbico que se tenga noticia; pues el fue el que invento el dtyrambo y dándole este nombre lo divulgo en Corinto.

La cosa suele contarse así: Arión habiendo vivido mucho tiempo en la corte al servicio de Periandro, quiso hacer un viaje a Italia y a Sicilia, como efectivamente lo ejecutó por mar; y despues de haber juntado allí grandes riquezas, determinó volver a Corinto. Debiendo embarcarse en Tarento, fletó un barco corintio porque de nadie se fiaba tanto como de los hombres de aquella nación. Pero, los marineros estando en alta mar, acordaron echarlo al agua para apoderarse de sus tesoros. Arión vislumbra la trama, y les pide que se contenten con su fortuna, la cual les cederá muy gustoso con tal de que no le quiten la vida. Los marineros, sordos a sus ruegos, solamente le dieron a escoger entre matarse por sus propias manos, y así lograría ser sepultado despues en tierra, o arrojarse inmediatamente al mar. Viendose Arión reducido a tan estrecho apuro, pidióles por favor le permitieran ataviarse con sus mejores vestidos, y entonar antes de morir una canción sobre la cubierta de la nave, dandoles palabra de matarse por su propia mano luego de haberla concluido. Convinieron en ello los corintios, deseosos de disfrutar de un buen rato oyendo cantar al músico mas afamado de su tiempo; y con este fin dejaron todos la popa y se vinieron a oirle en medio del barco. Entonces el astuto Arión: adornado maravillosamente y puesto en pie sobre la cubierta con la cítara en la mano, cantó una composicion melodiosa llamada Nomo orthio, y habiéndola concluido, se arrojó de repente al mar. Los marineros, dueños de sus despojos, continuaron su navegación a Corinto, mientra un delfín (según nos cuentan) tomo sobre sus espaldas al celebre cantor y lo condujo sobre sus espaldas a Ténaro. Apenas puso Arión los pies en tierra, fue directamente a Corinto, vestido con el mismo traje, y refirió lo que acababa de suceder.

Periandro, que no daba crédito entero al cuento de Arión, aseguró su persona y le tuvo custodiado hasta la llegada de los marineros. Cuando éstos llegaron, los hizo compadecer delante de sí, y les preguntó si sabrían darle alguna noticia de Arión. Ellos les respondieron que se hallaba perfectamente en Italia, y que le habían dejado salvo y bueno en Tarento. Al decir esto, de repente, comparece ante ellos Arión, con los mismos adornos con que se había precipitado al mar; por lo que aturdidos, no acertaron a negar el hecho y quedó demostrada su maldad. Esto es lo que refieren los corintios y lesbios; y en Ténaro hay una estatua de bronce, no muy grande, en la cual es representado Arión bajo la figura de un hombre montado en un delfín.


Los nueve libros de la historia. Clio.XXIII-XXIV.HEROTOTO.

El origen de las disputas entre asiáticos y europeos

Los negociantes fenicios, desembarcando sus mercaderías, las expusieron con orden a pública venta. Entre las mujeres que en gran número concurrieron a la playa, fue una la joven Ió, hija de Inacho rey de Argos, a la cual dan los persas el mismo nombre que los griegos. Al quinto o sexto día de la llegada de los estranjeros, despachada la mayor parte de los géneros y hallándose las mujeres cercanas a la popa, después de haber comprado cada uno lo que más excitaba sus deseos, concibieron y ejecutaron los fenicios el pensamiento de robarlas. En efecto, exhortandose unos a otros, arremetieron contra todas ellas, y bien la mayor parte se les pudo escapar,no cupo esta suerte a la princesa, que, arrebatada con otras, fue metida en la nave y llevada a Egipto, para donde se hicieron luego a la vela.

Así dicen los persas que Ió fue conducida a Egipto, no como lo cuentan los griegos, y que este fue el principio de los atentados públicos entre asiáticos y europeos, más que después ciertos griegos (serían a la cuenta los cretenses, puesto que no saben decirnos su nombre), habiendo sitiado a Tiro en las costas de Fenicia, arrebataron a aquel príncipe una hija, por nombre Europa, pagando a los fenicios la injuria recibida con otra equivalente.

Añaden también que no satisfechos los griegos con este desafuero, cometieron algunos años después otro semejante; porque habiendo navegado en una nave larga hasta el río Fasis, llegaron al Eea en la Colchida, donde después de haber conseguido el objeto principal de su viaje, robaron al rey de Colcos una hija llamada Medea. Su padre, por medio de un heraldo que envió a Grecia, pidió, juntamente con la satisfacción del rapto, que le fuese restituida su hija; pero los griegos contestaron que ya que los asiáticos no se la dieron antes por el robo de Ió, tampoco la darían ellos por el de Medea.

Refieren ademas que en la segunda edad que siguió a estos agravios, fue cometido otro igual por Alejandro, uno de los hijos de Príamo. La fama de los raptos anteriores, que habían quedado impunes, inspiró a aquel joven el capricho de poseer también alguna mujer ilustre robada de la Grecia, creyendo sin duda que no tendría que dar por esta injuria la menor satisfacción. En efecto, robo a Helena, y los griegos acordaron enviar luego embajadores a pedir su restitución y que se les pagase la pena del rapto. Los embajadores declararon la comisión que traían y se les dió por respuesta, echándoles en cara el robo de Medea, que era muy extraño que no habiendo los griegos por su parte satisfecho la injuria anterior, ni restituido la presa, se atreviesen a pretender de nadie la debida satisfacción para sí mismos.

Hasta aquí, después, según los persas, no hubo mas hostilidades que la de estos raptos mutos, siendo los griegos los que tubieron la culpa de que en lo sucesivo se encendiese la discordia, por haber comenzado sus expediciones contra el Asia primero que pensasen los persas en hacerlas contra la Europa. En su opinión, esto de robar las mujeres es a la verdad una cosa que repugna a las reglas de la justicia; pero también es poco conforme a la cultura y civilización el tomar con tanto empeño la venganza por ellas, y por el contrario, el no hacer ningún caso de las arrebatadas, es propio de gente cuerda y política, porque bien claro esta que si ellas no lo quisiesen se de veras nunca hubiesen sido robadas.

Por esta razón, añaden los persas, los pueblos del Asia miraron siempre con mucha frialdad estos raptos, muy al reves que los griegos, quienes por una hembra lacedemonia juntaron un ejercito numerosísimo, y pasando al Asia destruyeron el reino de Príamo (1) ; época fatal del odio con que miraron ellos después por enemigo perpetuo al nombre griego. Lo que no tiene duda es que el Asia y a las naciones bárbaras que la pueblan, las miran los persas como cosa propia, reputando a toda Europa , y con mucha particularidad a la grecia, como una región separada de su dominio.

Así pasaron las cosas, según refieren los persas, los cuales estan persuadidos de que el origen del odio y enemistad para los griegos les vino de la toma de Troya. Mas por lo que hace al robo de Ió, no estan acordes con ello los fenicios, porque estos niegan haberla conducido a Egipto, por via de rapto, y antes bien, pretenden que la joven griega, de resultas de un trato nimiamente familiar con el patrono de la nave, como se viese con el tiempo próxima a ser madre, por el rubor que tuvo de revelar a sus padres su debilidad, prefirió voluntariamente partir con los fenicios, a fin de evitar de este modo su pública deshora.

* Esta leyenda hace referencia al origen de las lides entre griegos y asiáticos, recogida en la mitología griega.

LOS NUEVE LIBROS DE LA HISTORIA.CLIO.I-V. Herodoto.

El monarca de la mano horadada (Leyenda española)

Alfonso VI fue llamado el "monarca de la mano horadada". Este nombre tuvo su origen en los tiempos en que este rey se hallaba en el palacio de Almenón, rey árabe, de quien fue huésped al ser despojado del reino de León por su hermano Sancho.

Alfonso VI era hermano del gran Fernando I, que al morir, tras haber logrado victorias importantísimas sobre los árabes, cometió el error de dividir sus estados entre sus hijos. A Alfonso le correspondió León; a García, Galicia y a Sancho Castilla. A sus dos hijas Urraca y Elvira les dejó respectivamente los señorios de Zamora y Toro. Esta división impolítica dificultó en gran manera lo conseguido hasta entonces. La unidad del reino cristiano y la derrota del moro invasor, lo cual llegaría a ser realidad tres siglos después.

Como era que Sancho era el mayor de los hermanos, se creyó con más derechos y resolvió usar la fuerza para imponerse. Primero se enfrentó con Alfonso al que derrotó dos veces, la segunda con la ayuda del Cid Campeador. Alfonso fue encerrado en el castillo de Burgos hasta que los ruegos de su hermana Urraca salió en libertad para entrar en un convento.

El caracter bondadoso y caballeresco de Alfonso le granjeó las simpatias del moro que le trató como a un hijo. Le regaló una hermosa quinta a orillas de Tajo y en ella pudo vivir el monarca destronado con todo regalo y comodidad acompañado por tres de sus leales caballeros. Don Alfonso se hubiera sentido felíz de no recordar la humillación sufrída al arrebatarle su hermano el trono.

Hecho este preambulo, vamos a relatar el hecho que dió motivo a que el rey fuera llamado el de la mano horadada.

Cierta mañana el rey moro Almenón se hallaba con sus caballeros en la finca de Alfonso y entre ellos se suscitó una conversación acerca de la inexpugnabilidad de la plaza de Toledo.

- Es muy difícil apoderarse de Toledo, pero yo creo que la plaza no es inexpugnable- dijo uno de los caballeros.

-Yo creo, por el contrario que no ha nacido aún el que sea capaz de entrar en ella en son de guerra- afirmó otro.

El que había hablado antes insistió:

- Toledo puede ser tomado. No me cabe la menor duda.

- ¿ Y de qué medios se valdría para conseguir ocuparla?- Preguntó otro de los que intervenían en la conversación.

- Si yo fuera caballero cristiano y proyectara cercar Toledo, lo primero que haría es talar todos los campos de los alrededores; de tal modo, faltarían viveres y Toledo no tendría otro remedio que rendirse.

Las palabras del moro convencieron a todos, pero pronto se sobresaltaron al darse cuenta de que a pocos pasos de ellos se estaba don Alfonso, echado sobre el césped y en actitud de dormir. Pero ¿ era verdadera su actitud o sólo fingía y había oído la conversación?. La situación era peligrosa para ellos. Aquel hombre podía algún día ser el rey de Castilla y León y podía aprovechar entonces la idea que tan indiscretamente le habían brindado sus huéspedes. Intentaron averiguar si realmente dormía, pero sin resultado. El rey seguia inmóvil bajo el árbol. Como no estaban muy seguros, uno de ellos trajo una basija con plomo derretido y derramó unas gotas sobre la palma de la mano de Alfonso, el cual no se movió siquiera y continuó haciéndose el dormido en un esfuerzo sin precedentes a pesar del dolor que la quemadura debió producirle. Por este motivo se le llamó el de la mano horadada.


Sin embargo, se han echo varias objeciones a esta leyenda, pues no parece verosímil que uno pueda aguantar tanto el dolor o en el caso en que estubiera dormido no despierte al notar el plomo hirviente en la palma de su mano. Por ello hay quien afirma que el sobrenombre de la mano horadada se le dió por su generosidad y prodigalidad. Sea como sea hay que constar que este sobrenombre acompaño siempre al rey.

Hay también otra leyenda que se refiere a los mismos personajes y ocurrió en la misma época poco mas o menos. Dicen que al rey Alfonso se le erizaron los cabellos en presencia de Almenón y cuanto más pasaba el moro su mano sobre la cabeza del cristiano, más se erizaban los cabellos de éste.

Aquello extraño mucho a todos y algunos adivinos dijeron que era un significativo claro de que Toledo sería conquistada por los cristianos. Sólo se desharía el maleficio si Almenón expulsaba a Alfonso de su reino. Pero el moro era un hombre recto y no hizo caso de augurios y supersticiones.

Con el tiempo, y cuando ya Almenón y su hijo habían muerto, el rey Alfonso conquistó Toledo, pero sin tener necesidad de apelar a la estrategia que oyera tendido en el árbol, pues conocía de sobras la ciudad y sus defensas.

Mientras Alfonso fue huésped de Almenón ocurrieron dos grandes hechos historicos en la España cristiana. Sancho se había apoderado de Galicia y del señorío de Toro y sólo le quedaba Zamora, que opuso encarnizada resistencia justificando el dicho popular "No se tomó Zamora en una hora".

Alfonso comenzaba a dar muestras de desaliento cuando llegó la noticia de la muerte de Sancho a manos de Bellido Dolfos. No pasó mucho tiempo en llegar un mensajero de parte de doña Urraca, el cual notificó a don Alfonso que había sido proclamado rey de los castellanos.

Al enterarse de esta buena nueva los amigos de don Alfonso le aconsejaron prudencia y discrección. Debía evitar que su anfitrión el rey moro Almenón se enterara de lo ocurrido. Ahora, era ya rey de Castilla y el moro podría aprovechar la ocasión para retenerle como prisionero e imponerle condiciones.

El rey Alfonso desoyó los consejos de sus amigos. Ante todo, el era un hombre agradecido y el moro solo beneficios le había dado. Por ello dijo a los suyos:

- No haré caso de lo que decís, aunque sea por mi bien. Almenón ha sido para mí como un padre y yo debo comportarme como un hijo sin ocultarle nada. No soy un desagradecido.

Una vez dichas estas palabras, el rey se encaminó hacia el alcazar real y solicitó una audiencia con Almenón.

El rey moro que ya estaba al tanto de los sucesos acaecidos y sabía que por tanto su huésped era el rey de Castilla, le hizo pasar en seguida a su presencia real.

-El asesinato de mi hermano Sancho me ha colocado en el trono de Castilla, rey Almenón. Esta es la nueva que quería que supieras cuanto antes. Estoy aquí en calidad de huésped tuyo y ahora que ya sabes lo sucedido pido tu venia para marcharme a fin de ser coronado rey.

- Sabía todo esto amigo Alfonso, quizá antes que tu, y doy gracias a Alá por haberte inspirado lo que acabas de hacer. Si hubieras intentado marchar sin decirme nada, no habrías conseguido otra cosa que ser muerto o encarcelado. Toda la ciudad esta rodeada de guardias enviados por mí. Pero no temas. Ahora me doy cuenta de que eres bueno y agradecido y puedo confiar en tí lo mismo como huésped que como rey. Has actuado noblemente y puedes marcharte. Ve a coronarte rey de castilla y en cualquier ocasión que me necesites, tanto en dinero como en hombres, puedes contar conmigo incondicionalmente.

-Gracias rey Almenón. Tu generosidad no tiene igual en todos los reinos. Jamás olvidare todo lo que has hecho por mí.

-Solo te pido a cambio- dijo el moro, que respetes mis estados. Pero este juramento solo te lo pido mientras dure mi vida y la de mi hijo. Los cristianos sois más fuertes cada día y tal vez en un futuro no muy lejano nuestra raza tenga que abandonar este hermoso país. Mientras tanto, seremos amigos y aliados, si es que quieres...

-No solamente estoy dispuesto a jurar esto, sino ademas yo también te ofrezco ayuda siempre que te haga falta. Tus enemigos serán los míos.

Alfonso y Almenón se abrazaron conmovidos.

Era el año 1073. Dos años después, Alfonso tuvo ocasión de demostrar a Almenón todo su agradecimiento.

El rey árabe de Sevilla Mohamed AlNotamid, decidió invadir las tropas toledanas. Cuando Alfonso VI se enteró del apuro de su amigo no vaciló ni un momento. Con sus mejores tropas corrió en ayuda de Almenón. Cuando los toledanos vieron llegar al ejercito cristiano se asustaron porque ignoraban sus intenciones de ayuda. Entonces el rey castellano envió un emisario a Almenón anunciandole que venía a prestarle ayuda. Y tan decisiva fue la intervención del ejercito de Alfonso que el rey moro de Sevilla tuvo que huir con sus tropas abandonando el campo de batalla.

Paso el tiempo hasta que Almenón comprendió que sus días estaban contados, pero Alfonso VI aún llegó a tiempo para recoger su último suspiro.

El buen rey castellano puso su diestra sobre la cabeza del hijo de Almenón y respondiendo a la muda pregunta del moribundo exclamó:

-Tranquilo puedes irte, rey Almenón. El rey Alfonso, tu amigo, seguirá cumpliendo el juramento. Seré para tu hijo lo que tu fuiste para mí. No olvidare jamás tu hospitalidad...

sábado, 5 de abril de 2008

Que le dijo.... (2)

Qué le dijo un comunista a un fascista.
- Facha, ¡jódete!, tienes la sangre roja y el corazón a la izquierda.

Qué le dijo una mujer calva a la radio.
-¡Quien tuviera tus ondas!

Qué le dijo un caimán mejicamo a otro caimán mejicano.
-¡Caí, manito!

Qué le dijo un cerdo a otro cerdo.
- Deja de hacer guarradas.

Otros colmos

¿Cuál es el colmo de un campeón de natación?
-Ahogarse en un vaso de agua.

¿Cuál es el colmo de un sacerdote?
- Llamarse Perfecto Ladrón de Iglesias.

¿Cuál es el colmo de un conductor?
- Tener un padre carroza.

¿Cuál es el colmo de una nevera?
- Ponerse "caliente"

¿Cuál es el colmo de un calvo?
- Encontrarse un peine sin púas.

¿Cuál es el colmo de un casero?
- Alquilar hasta los cuartos del reloj.

¿Cuál es el colmo de un contable?
- Tener un 7 en el pantalón.

¿Cuál es el colmo de un carpintero?
- Tener el pelo al cepillo, una pata de palo, casarse con una mujer coqueta, tener un hijo listón, una hija traviesa, un hermano "madero", y un perro que le mueva la cola.

¿Cuál es el colmo de un carterista?
- Robar al ministro sin cartera.

mantequilla y margarina

La margarina fue producida originalmente para engordar a los pavos. Cuando lo que hizo en realidad fue matarlos, las personas que habían puesto el dinero para la investigación quisieron recobrarlo, así que empezaron a pensar en una forma de hacerlo.

Tenían una sustancia blanca que no tenía ningún atractivo como comestible, así que le añadieron el color amarillo para vendérselo a la gente en lugar de la mantequilla. ¿Qué tal esa?.. Ahora han sacado algunos nuevos sabores para vender más a los incautos, como usted y yo.

¿CONOCE USTED la diferencia entre la margarina y la mantequilla? Siga leyendo hasta el final"¡porque se pone bastante interesante!

- Ambas tienen la misma cantidad de calorías.

- La mantequilla es ligeramente más alta en grasas saturadas con 8 gramos, comparada con los 5 gramos que tiene la margarina.
- Comer margarina en vez de mantequilla puede aumentar en 53% el riesgo de enfermedades coronarias en las mujeres, de acuerdo con un estudio médico reciente de la universidad de Harvard.
- Comer mantequilla aumenta la absorción de gran cantidad de nutrientes que se encuentran en otros alimentos.
- La mantequilla provee beneficios nutricionales propios mientras la margarina tiene sólo los que le hayan sido añadidos al fabricarla.
- La mantequilla sabe mucho mejor que la margarina y mejora el sabor de otros alimentos.
- La mantequilla ha existido durante siglos, mientras que la margarina tiene menos de 100 años.

Ahora sobre la margarina...
- Es muy alta en ácidos grasos trans.
- Triple riesgo de enfermedades coronarias.
- Aumenta el colesterol total y el LDL (El colesterol malo) y disminuye el HDL (El colesterol bueno).
- Aumenta en cinco veces el riesgo de cáncer.
- Disminuye la calidad de la leche materna.
- Disminuye la reacción inmunológica del organismo.
- Disminuye la reacción a la insulina.

Y he aquí el factor más inquietante.
¡AQUÍ ESTÁ LA PARTE MÁS INTERESANTE!
¡A la margarina le falta UNA MOLÉCULA para ser PLÁSTICO! Sólo este hecho es suficiente para evitar el uso de la margarina de por vida y cualquier otra cosa que sea hidrogenada (esto significa que se le añade hidrógeno, lo cual cambia la estructura molecular de las substancias).

Usted puede ensayar lo siguiente: Compre un poco de margarina y déjela en el garaje o en un sitio sombreado. Dentro de unos días notará dos cosas:
* No habrá moscas; ni siquiera esos molestos bichos se le acercarán. (esto ya le debe decir a usted algo)
* No se pudre, ni huele mal, o diferente, porque no tiene valor nutritivo; nada crece en ella.

Ni siquiera los diminutos microorganismos pueden crecer en ella. ¿Por qué? Porque es casi plástico.

¿Usted derretiría su Tupperware y lo untaría sobre una tostada?

Comparta esto con sus amigos puede ¡SERLES UTIL Y ES TOTALMENTE CIERTO!

Me lo han dicho varios doctores, ahora se porqué, al igual que las salchichas y los pastelitos y galletas que contienen: GRASA VEGETAL PARCIALMENTE HIDROGENADA que ES altamente cancerígena como los gansitos, pingüinos, suavicremas, debemos tener cuidado con lo que comen nuestros hijos, sobre todo con el EXCESO, porque hasta las barras de granóla la contienen; el por qué, es porque es un conservador muy fuerte ¡y barato! que permite que los alimentos no se hagan rancios, pero nuestras células se degeneran....hasta volverse CÁNCER, la prueba, que pasa con un pan de panadería o pastel casero? Aun que lo pongas en celofán, se descompone...
En una práctica de una Nutrióloga muy prestigiada que trabaja en cancerología en DF, nos decía que era impresionante que todos casos de pequeñitos que tenían LEUCEMIA, tenían un alimento en común: SALCHICHAS y lo que es peor, sustituyendo alimentos como el desayuno tan importante, o gansitos sobre todo con coca...lo que hace que el cuerpo no tenga no solo para no formar el cáncer, sino además para no defenderse, OK.

La mantequilla excelente y aun más el aceite de oliva, cánola (Capullo) y soya....suerte y sobre todo salud....

viernes, 4 de abril de 2008

Qué le dijo.....

Que le dijo el padre al hijo.
- Que si no tenía tabaco que se fumara el pijo.

Que le dijo el arqueólogo al una calavera.
- Me pirro por tus huesos.

Que le dice el bebedor a la cerveza.
- Rubia, por ti me pierdo.

Que le dice un calvo a otro calvo.
- Cuánto tiempo sin vernos el pelo.

Que le dice un ciego a otro ciego.
- ¡Cuánto tiempo sin vernos a la cara!

Que le dice un ciego a un cojo.
- ¿Qué tal nadas?

Que le dice unc cojo a un ciego.
- ¡Ya ves!

Que le dice un muerto a otro muerto.
- Ahora que estamos en la caja, ¿de qué quinta eres?

Que le dice un estudiante al río.
- Feliz tu, muchacho, que sigues el curso sin salir del lecho.

Que le dice estreñido a otro estreñido.
- El tapón es fenomenal.

Que le dice un médico a un Seminario.
- Yo también hago curas.

Que le dice un pescador a un pez.
- Sal-monete

Colmos

¿Cuál es el colmo de un pastelero?
- Tener el cabello de ángel.

¿Cuál es el colmo de un jardinero?
- Tener una hija que se llame Margarita y que su novio la deje plantada.

¿Cuál es el colmo de un ladrón-vampiro?
- Robar en el banco de sangre.

¿Cuál es el colmo de un arquitecto?
- Construir castillos en el aire.

¿Cuál es el colmo de un fumanbulista?
- Caer de las nubes sin hacerse daño.

¿Cuál es el colmo de un corredor de fondo?
- Hacer una carrera sólo y llegar el segundo.

¿Cuál es el colmo de un albañil?
- Tener una hija paleta y que su mujer esté como una espátula.

¿Cuál es el colmo de un cosmonauta?
- Estar en la luna todos los días.

¿Cuál es el colmo de un avicultor?
- Ser un gallina.

¿Cuál es el colmo de un aviador?
- Que en la noche de bodas no se le levante el aparato.

¿Cuál es el colmo de un boxeador?
- Que le de un golpe de aire.

¿Cuál es el colmo de un ciego?
- Llamarse Casimiro, vivir en el no-ve-no B de la calle Buenavista, un hermano "madero" y un perro que le mueva la cola.