domingo, 10 de febrero de 2008
PARQUE NACIONAL PICOS DE EUROPA
Superficie (Has.): 64.660
DESCRIPCIÓN:
Localizado entre las Comunidades de Asturias, Cantabria y Castilla y León (en ésta, el Parque Nacional comparte territorio con un sector del Parque Regional declarado en esta Comunidad Autónoma), los Picos de Europa constituyen un área de gran interés geomorfológico caracterizada tanto por la grandiosidad de sus formas, como por la presencia de enclaves naturales de gran belleza que sirven de hábitat para una variada y numerosa comunidad animal y vegetal.
El sustrato rocoso dominante es de origen sedimentario, predominando en él los materiales carbonatados de edad Carbonífera; esto hace de los Picos una unidad litológica muy monótona formada casi exclusivamente por calizas de tonos grises. Estas calizas fueron depositadas en una plataforma marina hace más de 300 millones de años, como sedimentos carbonatados que alcanzaron espesores de más de 1.000 metros. Estos sedimentos fueron desplazados y fracturados, y posteriormente sufrieron una larga historia de erosión. Más recientemente, durante el Terciario, se produjeron nuevas fracturas de dirección Este-Oeste que elevaron a modo de grandes bloques el zócalo carbonífero. Los nuevos relieves originados han sufrido desde entonces otra etapa de erosión que ha dado lugar a la actual orografía.
El Parque presenta en la actualidad un paisaje espectacular de cumbres y riscos, colladas, jous, dolinas, lapiaces, simas, cuevas, lagos, arroyos, ríos y surgencias, que alternan con gargantas profundas y cañones originados por la fuerza de los cursos de agua. El Macizo Central es el más abrupto de los tres que componen el espacio protegido, encontrándose en él las mayores altitudes; entre otras Torrecerredo, que con sus 2.646 metros es la cumbre más alta de Picos, el Picu Urriellu, de 2.519 metros, o el Pico Tesorero, de 2.570 metros, donde coinciden los límites de las tres provincias que aportan terrenos al Parque Nacional. El Macizo Occidental es el más extenso, combinándose en él cumbres como la Peña Santa de Castilla (2.596 metros) o la Peña Santa de Enol (2.486 metros), con prados de siega, bosques, matorrales, ríos, arroyos, y lagos glaciares como los de Enol y Ercina. El Macizo Oriental, se presenta por último como el de menor extensión y altitud, ofreciendo no obstante espectaculares paisajes de montaña.
En las grandes áreas de roquedo, que se sitúan por encima de los 1.500 metros, la vegetación de alta montaña está representada por especies adaptadas a largos períodos de innivación y ciclos biológicos breves. En altitudes inferiores, matorrales y pastos alternan con formaciones arboladas de hayedos (con bosques de gran belleza y espectacularidad como el de Pome), robledales, bosques mixtos y encinares relictos; estos últimos son visibles en la Comarca de La Liébana y en los cañones y desfiladeros de los ríos Sella, Cares y Deva, en los cuales y debido al efecto desecante del viento en los fondos de valle, se propician unas condiciones que favorecen el desarrollo de una vegetación perenne de tipo mediterráneo. La relación de especies arbóreas del Parque incluye además acebos, mostajos, abedules, tejos, fresnos, castaños, arces, serbales, avellanos, y un largo etc. Asimismo, en las partes más bajas de la mayoría de los arroyos y ríos de los Picos de Europa se desarrolla un bosque de galería compuesto entre otras especies arbóreas por sauces, alisos, fresnos y robles.
El espacio protegido alberga también valiosas comunidades de mamíferos (osos, lobos, rebecos, jabalíes, corzos, gatos monteses, martas, comadrejas, armiños, nutrias, etc.) y más de 140 especies de aves distintas. Entre otras urogallo, rapaces (buitre, alimoche, azor, águilas real, calzada, perdicera y culebrera, halcón peregrino, cárabo, búho real, etc.), acuáticas (focha, agachadizas, ánades real y carricero, etc), córvidos (chovas piquirroja y piquigualda, corneja, cuervo) y un sinfín de especies de menor tamaño que habitan en los roquedos y bosques de los Picos, como acentor alpino, colirrojo tizón, gorrión alpino, pito negro, petirrojo, carbonero garrapinos, reyezuelo sencillo, trepador azul, etc. Los ríos que pasan por las gargantas de los Picos, al discurrir sobre roca viva durante buena parte de su curso, son de aguas limpias y transparentes; en ellos o asociados a ellos viven diferentes especies de salmónidos, mamíferos como la nutria o el desmán de los Pirineos, y una larga lista de fauna ornítica (mirlos acuáticos, martines pescadores, lavanderas cascadeña y blanca, mosquiteros, currucas, etc.). Otro gran grupo, el de los anfibios, está representado por especies como la salamandra rabilarga, el tritón alpino y el palmeado, la rana bermeja, el sapo partero, o el sapo común, que muestran querencia por las aguas remansadas de lagunas y lagos.
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