Padre millonario y trabajador, hijo vago y malgastador.
Paga en tres veces, tarde, mal y nunca.
Pagan justos por pecadores.
Palabra dicha, no tiene vuelta.
Palabras melosas, siempre engañosas.
Palo dado, ni Dios lo quita.
Palos con gusto no duelen.
Pan con pan, comida de tontos.
Para ese viaje no se necesitan alforjas.
Para hilar una mentira, siempre hace falta madeja.
Para morirse, siempre hay tiempo.
Para muestra basta un botón.
Para prosperar, vender y comprar.
Para todo mal, un refrán, y para todo bien, también.
Pelillos a la mar, y lo pasado a olvidar.
Pereza, llave de pobreza.
Perro ladrador, poco mordedor.
Pesar ajeno, no quita el sueño.
Pesar compartido, pronto es ido.
Piensa el ladrón que todos son de su misma condición.
Piensa mal y acertarás.
Poco a poco llegaremos antes.
Poco a poco se anda todo.
Poco puede dar el que nada tiene.
Pocos pelos, pero bien peinados.
Poderoso caballero es don dinero.
Por so pasa, moja.
Por donde entra la cabeza, todo el cuerpo entra.
Por el color se vende el paño.
Por el hilo se saca el ovillo.
Por ir mirando a la luna, me caí en la laguna.
Por las cuentas del rosario, suele subirse al pecho el diablo.
Por mucho madrugar, aparecen las ojeras.
Por mucho que un hombre se afane, siempre hay quien le gane.
Por probar, nada se pierde.
Por que otro se tire por el balcón, no voy a tirarme yo.
Por un mal chiste de un buen amigo perdiste.
Por un oído me entra y por otro me sale.
Porque un día maté a un perro, mataperros me llamaron.
Predicar en desierto sería gran desacierto.
Primero es la obligación que la devoción.
Primero son los presentes que los ausentes.
Pronto y bien rara vez, juntos se ven.
viernes, 11 de enero de 2008
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